Apareciste de madrugada, estábamos ebrios. Te dije que había cruzado el mar sobre un pedazo de hielo. Tú venías del sur, el Mediterráneo era lava en tus venas. Enloquecidos buscamos un hotel, pero estaban llenos de amantes: el placer caía a cascadas por las ventanas...
Hambrientos nos devoramos sobre las piedras.
De: A la sombra del corsario.
jueves, 14 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario