domingo, 18 de mayo de 2008

A LA SOMBRA DEL CORSARIO

“El único destino es seguir navegando
en paz y en calma hacia el siguiente naufragio”.
José Emilio Pacheco,Titánic.

Se retuerce la noche, animal en celo. Perfora la piel, los huesos donde escribo la historia. Sube el mar: espejo y pájaro de agua; siembro tulipanes en el vientre de gaviotas. Recorremos Goya, de las bocas del metro emergen relámpagos, delfines, toros que navegan sobre espadas. Pero abres las alas, desapareces. Enloquecido me lanzo a la ciudad, te busco. Azoto mi cabeza contra el muro. La marea me arroja al país de barro y espejismos, de gangrena y minerales. Torpes las montañas me consuelan con historias de amores quemados. Te retengo en pedazos de papel, en mi piel donde dibujaste ciudades muertas. Te retengo en historias de hormigas, en la balanza, la sal que bebí de tu espalda. Lanzo mis alaridos a la cordillera, al nudo lleno de paja y fantasmas. Qué lejano el invierno, sus noches, nuestro lecho de metal y marihuana. Qué cercana tu voz, tus palabras con piedras de sol… Tus manos que atraparon las mariposas de mi garganta.

Del libro: A la sombra del corsario.

1 comentario:

Rich dijo...

Pasión, delirio, ternura eterna, como sus ojos de miel y sus labios tímidos, como solo Frano puede brillar
palabras que encantan, que alimentan, que destruyen realidades.

"su música y tus palabras, ese es el mundo para mi"

Richie